«El estallido de la burbuja del ladrillo no encuentra sustituto. España ha perdido casi medio millón de puestos de trabajo de alta productividad desde 2010. Ningún otro país de la OCDE ha sufrido una evolución semejante en su mercado laboral en esta crisis. Ni siquiera Italia, Grecia o Portugal alcanzan nuestras cifras. Quizás sea éste el dato más preocupante de la recuperación. Sí, crecemos, pero lo hacemos con empleos de peor calidad que los que generamos en la última expansión.»
«La productividad es uno de esos conceptos que cuesta hacer llegar al ciudadano medio. El incremento del PIB, la tasa de paro, el déficit público o el nivel de los salarios están mucho más presentes en el debate público. Sin embargo, la productividad es fundamental para entender el crecimiento económico de un país. De hecho, en buena medida es lo más relevante: (…) todo lo demás depende, de una forma u otra, de la productividad, esto es, de nuestra capacidad de generar riqueza y de la forma en que usamos los recursos que tenemos a nuestra disposición.»
«De los tres sectores con más creación de empleo neto desde 2010, sólo uno pertenece a esas industrias con una productividad por encima de la media (93.000 empleos netos en programación y servicios informáticos), el resto son servicios de bajo valor añadido. De nuevo, el problema no es el sol y playa, dos activos que suponen una ventaja competitiva enorme para España y muy complicada de replicar; el problema es cómo rentabilizamos ese «sol y playa».
Al final, la prosperidad de un país siempre ha dependido de los mismos factores, no ha habido muchos cambios desde que Adam Smith lo pensó y describió por primera vez en 1776: de su capacidad para producir artículos que otros quisieran comprar a un precio competitivo o realizar servicios (también el comercio) que aportasen valor al consumidor final. Desgraciadamente, España lleva ya cuatro décadas estancada. En los papers de las universidades o los centros de investigación lo llaman «productividad multifactorial»… pero no nos engañemos, ese nombre esconde las mismas claves que entonces llevaron a explicar al genial autor escocés «La naturaleza y las causas de la Riqueza de las Naciones».»